UN VIAJE ÉPICO

Nacido en Thessaloniki, Isaac Carasso estaba familiarizado con el yogur, un alimento tradicional de los Balcanes. Al establecerse en Barcelona en la década de 1910, creció su preocupación por los niños de la ciudad, ya que sufrían a menudo de enfermedades intestinales debido a la falta de higiene. Isaac, un hombre muy curioso y apasionado, convencido de la capacidad de los lácteos fermentados de regular la flora bacteriana de los niños y adultos, se propuso extender el consumo del yogur entre la población. A lo largo del épico viaje del yogur Danone, desde los primeros envases  de porcelana de Isaac Carasso hasta la actualidad, una cosa permanece intacta: nuestro firme compromiso de aportar salud a las personas a través de alimentos simples, naturales y sabrosos.


LECHE FRESCA Y FERMENTOS: NI MÁS NI MENOS

Isaac Carasso bautizó ese yogur con el nombre ‘Danone’, inspirado en el apodo de su hijo ‘Danon’, y en 1919 empezó a comercializar sus yogures en las farmacias. Simple pero con cualidades únicas ligado a uno de los procesos de conservación más antiguos conocidos por el hombre: la fermentación.

La receta no podía ser más simple, con leche fresca, fermentos vivos y las condiciones adecuadas, la naturaleza ya puede hacer su magia, ofreciendo un alimento tan sencillo y natural como el yogur, con su sabor y textura únicos. Este proceso ha despertado mucha fascinación desde nuestro primer yogur, hace ya un siglo. Isaac, al igual que su hijo unos años más tarde, dedicó su vida a estudiarlo, mejorarlo y promocionarlo.


DESDE LAS FARMÁCIAS DE BARCELONA AL RESTO DEL MUNDO

En 1929, una década después de que Isaac produjera su primer yogur, Daniel Carasso se unió a la empresa familiar. Su formación en microbiología en el Instituto Pasteur y el éxito del esfuerzo de su padre en España impulsaron la exitosa expansión de Danone en Francia. Adaptando sus propuestas a los gustos franceses, Daniel posicionó el yogur no solo como un alimento saludable, sino como el postre definitivo.

En una época marcada por el contexto político, Daniel Carasso cruza el Atlántico promoviendo la expansión de la empresa a Estados Unidos de América. Sin embargo, al establecerse en Nueva York en 1942, se enfrentó a un gran reto: allí el yogur era un alimento desconocido y su acidez natural era algo ‘extraño’ para los gustos estadounidenses. Aunque los inicios de Danone en América no son sencillos, todo empieza a cambiar cuando Daniel Carasso conoce a Raymond Loewy, un prestigioso diseñador industrial de la época, que lo primero que le aconseja es americanizar el nombre de la marca.


LA FOOD GENERATION: SALUD, CIENCIA Y VALORES

Muchos años después, nuestra misión de "llevar la salud a través de la alimentación al mayor número de personas posible", articulada por Franck Riboud, es más fuerte que nunca. Sigue siendo aquello que nos une a los valores detrás del primer yogur Danone, impulsándonos a continuar siendo pioneros con propuestas de calidad hechos con ingredientes naturales, contribuyendo a la salud de las personas y del planeta. En línea con esta misión, nos comprometemos a inspirar a muchas más personas a tomar decisiones más saludables y sostenibles sobre alimentación durante los próximos siglos.